Fuentes de hierro para incluir en tu dieta

Vamos a descubrir todas las propiedades y secretos de los guisantes, un delicioso manjar que hará las delicias tanto de los adultos como de los más pequeños de la casa.

Como curiosidad te contaremos que  el guisante es una semilla verde comestible, encerrada en una vaina, de una planta trepadora leguminosa llamada Pisum Sativum. Sí, ¡lo has leído bien! El guisante es una legumbre, como el garbanzo o la soja, pero nutricionalmente se pueden considerar "legumbre-verdura" ya que por sus características nutritivas - bajo contenido en hidratos de carbono y proteínas - se acerca más al grupo de las hortalizas.

Frescos o congelados son una excelente fuente de nutrientes. El guisante está compuesto por agua en casi el 80% y es especialmente rico en fibra - concentrada en la piel - ayudando a reducir los niveles de colesterol y azúcar en sangre, a la vez que contribuye a regular el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento. Destacan en su composición la vitamina C y vitaminas del grupo B, resaltando su riqueza en ácido fólico, esencial para las embarazadas ya que protege al bebé contra malformaciones y defectos del tubo neural.

Destaca por su contenido en hierro colaborando a cumplir con tus requerimientos diarios, fósforo para unos huesos fuertes y magnesio para sentirnos con las pilas bien cargadas.

Huevos al plato con guisantes y jamón

Ingredientes:

  • 4 huevos.
  • 2 lonchas gruesas de jamón serrano o bien directamente comprar jamón en tacos, unos 150-200 gr.
  • 130 gr de guisantes en conserva. También puedes utilizar guisantes frescos y cocerlos en casa.
  • 500 gr de salsa de tomate o la cantidad que necesites para llenar las cazuelas o platos que vayas a utilizar. 
  • Sal.

Modo de preparación:

  1. Corta el jamón serrano en tiras o tacos
  2. En una sartén a fuego medio saltea el jamón durante 3 minutos o hasta que veas que se empieza a dorar un poco.
  3. En ese momento añade los guisantes y cocínalo todo junto 2 minutos más. Reserva unos pocos guisantes para decorar por encima después.
  4. Incorpora la salsa de tomate a la sartén con el jamón y cocina a fuego suave 5 minutos.
  5. Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo y ventilador
  6. Reparte la mezcla en las cazuelas que vayas a utilizar o simplemente una cazuela o fuente de horno si quieres cocinarlo todo junto en un único recipiente.
  7. Con una cuchara haz un poco de hueco (solo un poco) donde vayas a cascar los huevos y ve poniéndolos en dichos huecos. Esto lo suelo hacer para que después no quede todo cubierto por la clara de huevo y se vea también la mezcla de tomate.
  8. Reparte por encima alrededor de los huevos los guisantes que habíamos reservado y echa un poco de sal.
  9. Introduce la o las cazuelas en el horno a altura media-alta y hornea entre 5 y 10 minutos o hasta que veas que la clara de los huevos está cuajada.
  10. Hay un truco que puedes realizar si prefieres que la yema quede líquida y consiste en primero verter las claras en las cazuelas y cuando se vean blancas y cuajadas saca las cazuelas del horno, incorpora las yemas y hornea un par de minutos más.

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